Hoy se presentó en sociedad el auto de séptima generación de NASCAR, el cual hará su debut en febrero próximo para la Daytona 500. Por los últimos dos años, el ente rector de autos stock, los equipos y las tres marcas participantes; Chevrolet, Ford y Toyota han estado trabajando en el desarrollo del nuevo auto con el propósito de mejorar el espectáculo en pista y reducir los costos. Según David Wilson de Toyota Racing Development, la significancia del arribo del nuevo auto tiene implicaciones importantes en cuanto a tener un modelo de negocios sustentable a largo plazo dentro de NASCAR.

A primera vista, sabemos que NASCAR esta empecinada en seguir reduciendo costos, actualmente con el auto de la actual generación cuesta entre 600.000 a 700.000 dólares que junto a los demás gastos el prepuesto por temporada ronda los 20 millones de dólares. Con la introducción del nuevo, se busca reducir los costos a la mitad con el propósito de poder tener un tener un modelo de negocios sustentable y que a la vez pueda atraer a nuevos equipos y marcas a participar a la serie mayor.

No obstante, la idea de NASCAR es algo contraproducente dada la introducción del sistema de franquicias que rige a la serie mayor desde 2015 por el hecho de que centraliza la repartición de ingresos en solo 36 equipos dentro de un grilla que solo permite 40 equipos participando en una carrera.

Está bien que a partir de 2022 se ofrezca un auto más barato y que a la vez pueda ser competitivo desde el primer minuto, pero si gran parte de los ingresos queda restringido a cierto grupo de equipos. Entonces no sería mejor hacer frente al gran elefante que hay dentro de la habitación y solucionar eso que ha futuro podría traer grandes problemas porqué esto no se va a arreglar simplemente pasando otra vez de 40 a 43 autos.

Desde la introducción del auto de sexta generación que uno de los grandes problemas ha sido eficiencia aerodinámica y su debilidad ante el aire turbulento, lo cual ha causado varias dificultades para crear un mejor espectáculo en pista y que ha llevado a NASCAR a hacer una serie de paquetes aerodinámicos en las últimas temporadas.

Por lo visto, NASCAR rediseño todo el suelo del auto para hacerlo más plano como también añadir un difusor con el propósito de canalizar y mover el flujo de aire por debajo para reducir los efectos del aire turbulento. Pese a todo esos cambios, los oficiales de NASCAR ya informaron de que los paquetes aerodinámicos seguirán vigentes en 2022.